viernes, 25 de febrero de 2011

Cinco minutos en la celda del autor


Al entrar, a lo lejos como un inmenso barco de mármol a la deriva, vuelca eterno sobre el río que no escucho, el albo puente de Calatrava de la ciudad de la plata donde todo es demasiado lejos, todo demasiado ruido. En el bello cielo del valle cientos de túmulos blancos y densos se esparcen calcados a distancia angular como un inmenso prado de ángeles muertos cuando el pájaro de acero grazna subiendo las escaleras azul pálido del firmamento. Demasiado ruido, rápidos, los dedos pulsando profundos despiertan la música de Bach, en la habitación estrecha de paredes desnudas en la que todo es color picasso paloma, todo es color matisse, donde los tres relojes duermen sueño en silencio de marfil y sólo canta el silencio que susurra desde el negro sobre blanco de una sombra en el horizonte enhiesto, sombra presto, porque no se acuerda de olvidar sino que el olvido devora los recuerdos. Qué pensaba yo escribir… Picasso paloma…que te acompañe un poquito…Te quiere,…Qué será de esas cinco mujeres ataviadas de desnudez, lascivas rosas del desierto del arte. Qué será de esa fruta fresca y de esa luna de ébano, qué será…qué más da. Si fuera marinero no iría más allá de la tercera proa y me haría a la mar. La mar, profundo sueño; sobre la mesa, junto a Picasso paloma, la mar se abre profunda hacia el estrecho con su sonar frío de invierno azotada por el levante apasionado que barre el extremo oeste de la bahía de Getares, antiguo fondeadero romano, en tiempos de tempestad, situado junto al Olvido en la bahía donde se acaba el mundo. Infinito horizonte de mar en movimiento donde en la niñez contemple veleros de sombras en el aura lejana del sol. Infinito mar de sol de la niñez, Cándido, el velero, el mar, el sol, Voltaire a precio de bolsillo me sonríe desde el escritorio envuelto en recuerdos ilustrados de sonrisas y placer. Qué pensaba yo escribir. Horribles antenas oxidadas de nada de sabiduría, deben ser cientos, miles, cientos de miles tiritando sobre el cielo como infinitas cruces de cementerio, como negros estandartes oxidados de la dictadura de la moneda, diosa de las alcantarillas. Alcantarillas…dónde deje el tabaco…qué desastre…para que te acompañe un poquito…sería un poema de amor. Poema, espléndido sonido. Poema. Poesis. Pituitaria. Ahhhggch..ahhhggchúuu. El frío del valle corta los huesos con sus ráfagas ordenadas siseando gélidas entre las sombras grisáceas de la tarde, en la habitación del autor el papel en blanco, sobre negro, blanco esperando. Qué pensaría yo escribir. Salada diosa si no pidierais tanto, si todo lo dierais. Todo sombra de sombras aquella tarde con la mirada perdida en el infinito silencio de la despedida, del verdadero, del primer adiós, lejana y olvidada como un recuerdo; enfadada, entramada, enamorada, mortal enamorada dolida y olvidada. Qué soleados aquellos momentos tristes. Llenos de flores, de amor, de poesía, de sol y aromas de mar y tristeza de adiós. Qué bella diosa ensimismada melancólica de sal. Baste ya, por Zeus, se agita el mar todo sombra de sombras soleadas…. esta vieja fotografía …te quiere…!Federica, linda, seguro que tú sabes decirme que pensaría yo escribir. Preciosa gata negra con ojos de esmeralda, salta, juega, niños jugamos soleados sobre la terraza bailando el frenético vals del corre que te pillo. Acércate, linda Federica, aquí, salta. Salta Federica acrobática gimnasta. Sabes, preciosa, creían los antiguos egipcios que vivían a orillas del fértil Nilo que sus gatos muy abundantes entonces hermosos gatos rallados podían ver con esa mirada absorta y lejana el ángel que nos respalda; qué crees tu, linda Federica; ¿encuentras a alguien ahí detrás de tus ojos de esmeralda?; qué me dices negra gata mimosa…;supongo que no dices nada…,nada tendrás que decir; anda, marcha a jugar Federica que estoy ocupado pensando que pensaría escribir… solo asolado encontrando la soledad de dentro y fuera, todo sombra de sombras, hoy no existe la soledad del uno solo callado pensando porque todo está dentro y todo es de fuera, terca vanidad. Si hoy se pudiera hablar con las mujeres, si se pudiera hablar con los hombres, no con las masas…si las masas hablaran…si, si, si, terca vanidad que todo lo cubres, sombra de sombras…¡Encrespada espalda, vivo sin vivir en mí!… Qué pensaría yo escribir cuando ya todo es sombra de sombras… vanidad, tal vez,… sombra he de vivir, sombra he de morir, sombra he de escribir…escribir, si todo está ya escrito qué habría pensado yo escribir.

Creer crear recordar


Recordar, Creer crear recuerdos creados que creen crepitar desde tiempos remotos. Crear, creer recordar reminiscente el recuerdo artístico de otro tiempo remoto que crea en mí creado en nosotros que creemos crear lo que crepita y lo que crepita crea en nosotros creados para el recuerdo de los tiempos remotos que en lo profundo nuestro recuerdan quienes creemos ser.

Dentro y Fuera


Si dentro fuera oscuro como fuera podría ser que fuera y dentro fueran sólo palabras que hablaran desde las mismas sombras porque dentro dentro fuera sólo una oscura sombra y fuera fuera sombras de lo adentro y si fuera y dentro son dentro y fuera todo es siniestro y profundo como la sombra nuestra; así pues, dentro y fuera son caminos con un mismo destino: toda sombra.