martes, 7 de diciembre de 2010
La nada transparente
A veces el sueño se transforma en muerte y la muerte en largo sueño olvidado del que es difícil despertar, del que ya no se despierta jamás. A veces al despertar del sueño, adolescente el día gris, te saluda como a niño soleado meditabundo, casi triste, casi nada, el alma descansa lejana escondida dentro de sí, envuelta en una seda turbia de sueño, de retiro, sacudida, limpia, pura y sencilla como una flor, abstraída para sí con los demás, naciendo a la vida recién nacida de la muerte del largo sueño olvidado en el alma nocturna.
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