jueves, 2 de diciembre de 2010

Poesía de ausencia A Carmen Jiménez Priego, hoy, en el día de su muerte. 27-Nov-99

La sibila de cabellos blancos octogenaria
Cabra loca saltó entre los hermosos olivos
Hacia la peña de sombras donde los vivos,
Apuramos la melodía de la dulce aria.
Con sus cuatro pelos de vida alborotada,
Piezas de risa socarrona de vieja vid.
En su carro de sol de corceles alados,
el amargo cáliz del olvido derrama
De la dulce aria la savia última de vid.
Brindemos por la vieja loca Carmela
Y sus bailes ebrios de vida loca
Sobre las mesas de la vieja cantina
Al son de la sencilla buena copla
De los cantaores de la Andalucía,
Donde la niñez era pura de viejo sol,
Y Écija una caprichosa calderita
Que se iluminaba en los ojos curiosos
De la niña más graciosa y más bonita.
Carmela era un diamante en bruto
Que lucía pleno de pura vida
Y llorando, digo, que se clava, bruto,
En el recuerdo de los momentos fríos
De loca vieja vid socarrona
Que ya nunca serán.

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